
Hay demasiados elementos para llegar a pensar que la búsqueda de Autolux -ese trío de L.A.- se vuelve interesante sin dejar de ser comedida. Con una sensibilidad femenina encargada de los tambores (Carla Azar) y dos cuerdas masculinas (Eugene Goreshter y Greg Edwards) este "Futuro Perfecto", debut del trío, no es para nada una reinvención o una vuelta de tuerca. Pero el buen gusto de los arreglos, esas ganas de buscar la tensión musical necesaria sin salir del "dream-pop" (ese extraño concepto para definir bandas ruidosas pero matizadas) les da un aura de banda con inquietudes. Hay apatía musical como en "Angry Candy", o cosillas más experimentaloides ("Sugarless") o absolutas capas de dulzura en "Great Days for the Passenger Element".
"Future Perfect" es de esos álbumes para confiar, para sentarse a dejar que la identidad de la música se redefina sin jamás dejar abiertamente de mostrar de manera casi exhibicionista su tupido árbol genealógico.
"Future Perfect" es de esos álbumes para confiar, para sentarse a dejar que la identidad de la música se redefina sin jamás dejar abiertamente de mostrar de manera casi exhibicionista su tupido árbol genealógico.
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