sábado, 22 de septiembre de 2007

La Espera y la Modernidad



Durante estos días, el MP3 player y yo hemos estado gastando o pasando una considerable cantidad de tiempo juntos en viajes de distinta índole y en esperas de ídem.
¿Qué es la espera? El Pequeño Larousse (aquél que firmó la celebérrima frase: "Mamá, lo sé todo") la define como "Tener esperanza de algo. Permanecer en el sitio donde se cree que ha de venir alguien o suceder una cosa. Creer que ha de pasar alguna cosa. Plazo señalado para una cosa".
Esperar es algo muy humano: basta conque una persona llegue después que otra e instintivamente, sin mediar palabra, se ponga detrás de ésta, formando así la denominada "cola"; los otros, a medida que llegan, cumplirán con el ritual de ir poniéndose atrás del último y etc. Ese acto es rotundamente humano; las bestias se lanzan todas en picada a su presa, no hay una fila para tomar el alimento.
Se espera, se espera. Se espera para nacer y para morir. Se espera por el fin de mes, por el fin de semana, por las vacaciones y por el fin de estas, por el fin del semestre y del año. Se espera para que algo comience y algo termine. Se está en el tránsito entre esperar y volver a esperar.
La Modernidad, siempre atenta a cualquier indicio para sacar provecho de éste, toma ventaja también de la tediosa e inevitable espera: mp3 players, celulares con juegos, cámaras y vídeo, psp para jugar en forma portátil, etc. Ya desde el pérsonal estéreo y el tetris a pilas que la cosa se dirigía a aquella dirección.
Las consecuencias que genera el entretenerse durante la espera van en pos de una revalorización de la individualidad: ya no me molesta esperar mientras me tengan mi música, mis videos, mi tele portátil, mis juegos favoritos. En resumen, mientras mi mundo y mis exigencias sean portátiles, no me crea un trauma ni me vuelve un ente enfurecido el hecho de esperar.
Unos esperan que acabe el día y otros la noche. Unos estarán felices que acabe el invierno y otros esperarán por el fin del verano. La espera, esa palabra corta por esperanza, viene en cada momento a susurrar que ha llegado a quedarse. Todo por esta nueva paciencia tecnológica que nos adormece.

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