martes, 2 de enero de 2007

Ídolos...

Antes acostumbraba a relacionar la música como personas que tenían la facultad de crearla. Tendía a idealizar estas personas ya que podían crear música que me generaba muchas sensaciones. Me aprendía de memoria los nombres de cada uno de sus integrantes y culpaba a la partida o llegada de nuevos músicos el que algún registro no me gustara. Sin duda, idolatrar a un músico es algo muy común; uno supone que las vidas de los músicos deben ser casi mágicas, o por lo menos rodeadas de mucha creatividad.
La palabra "Ídolo" procede del Latín "Idolum" y éste del Griego "Eidolon", con la raíz "eid/id" que expresa la idea de visión, imagen, reflejo sin realidad.
Por suerte, tuve la oportunidad de conocer esta revelación que titula mi espacio "El Instrumento de Expresión de la Música es el Ser Humano"; es clarificador ya que así uno se da cuenta que nadie es indispensable: Los Beatles no son John Lennon, ni Ringo Star; pudieron ser ellos, tanto como pudieron ser otros. Lo importante no es la persona que genera la obra, sino la obra en sí.
Asi, tendremos la fortuna de siempre esperar nuevas obras, nuevos sonidos; la música está a la espera, casi al agüaite de nuevas personas para llevarlas a ese precioso evento de ser y hacer música.

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