martes, 2 de enero de 2007

En Busca del Tiempo Perdido...

No, no se trata de una reseña o crítica a ese hermoso libro (peco un poco al decir esto, ni siquiera termine el primer tomo) de Marcel Proust. La cosa va por otro lado y tambien por ese mismo sendero de swann. Miro mi (ahora) pobre coleccion de cassettes en la pieza. Hubo un tiempo en que llegue a tener 200 y talves mas. Con que afan viajaba los fines de semana a algun persa, feria, etc a buscar alguna joyita para mi coleccion: bauhaus, slowdive, the smiths, el primero de radiohead, my bloody valentine, etc.
Lo escuchaba con una devocion inmensa. Despues de aprenderlo bien (de memoria), ocupaba su lugar en mi cassetteca (¿se dira asi?).
Ahora las cosas han cambiado, ya ni siquiera voy al persa a comprar música. Ya no compro EL cassette, bajo discografías completas. Antes tenia un personal que te aguantaba un cassette, y menos, sólo un lado. Para escuchar la siguiente canción tenías que, o usar el lapiz bic consagrado para ello (a veces llaves), o arriesgarte a gastar pilas para llegar a esa melodía. Ahora echo 6 ó 7 albumes en una cosa chica que, si quiero, programo las canciones que voy a escuchar de cada álbum.
No echo de menos el pasado; a lo que voy es a la cantidad de esfuerzo que se le asigna a algo. Dicen que lo que cuesta se valora. Ahora es más importante bajar la música que escucharla. Tengo discos que ni se de quien son y jamás he escuchado.
Recuerdo unas fotocopias que me prestó un amigo contrabajista que hablaban de cómo el "RITUAL" de la música se ha perdido. Antes, la gente asistía al debut de una composición; la orquesta tocaba las partituras aún tibias de la transcripción de su autor. La gente disfrutaba embelezada, no podían perder una nota. Después de el evento; la gente sólo poseía su memoria para seguir disfrutando de la melodía escuchada. Nada más que su memoria (con lo frágil que es).
Mientras escribo esto suena Charlie García; quizás cuantas sutilezas musicales han escapado a mi oído atento. La música se ha vuelto esclava del vertiginoso ritmo de la contemporaneidad.
Por eso odio cuando dicen "Esa música es súper buena pa estudiar", "esa es súper buena pa pintar la casa", etc.
Pero a la música no le importa; ella está por encima de lo humano y lo sobre-humano.

No hay comentarios: