miércoles, 3 de enero de 2007

Silver Apples; sin miedo a morder la manzana...


No se puede estatizar si en verdad la música a medida que transcurre el tiempo se queda sin ideas -al menos las ideas geniales-, pero algo es seguro: la forma de interpretarlas, de volver a esas viejas y queridas notas y ritmos una y otra vez dice mucho de la versatilidad de las composiciones y (cómo no) de sus interpretaciones; por algo se habla (y mucho) de cómo suenan los nocturnos de Chopin en manos de Claudio Arrau o de Lang Lang. Por algo cada concierto de una banda específica no es una monótona repetición de algun álbum o un set de canciones: es el ritual de volver a vivir esa determinada melodía.
Con esto quería prepararlos para algo que me ronda en la cabeza hace un tiempo y que Silver Apples (porque de ellos trata la entrega) me confirma: todos los géneros, sub-géneros y meta-géneros en música ya han ocurrido, mis queridos drugos. Al parecer desde los '70s que ya no ocurre nada muy nuevo bajo el sol.
La electrónica, que pareciera asunto tan contemporáneo, tan de fin de siglo queda al descubierto a través de este singular dúo, no me vengan con Krautrock o desempeños electronicoides de bandas progresivas setenteras: el verdadero techno fue originado por Silver Apples. Nacen en el año de 1967 por su vocalista Simeon y Danny Taylor en plena Nueva York (y que me perdone Gran Bretaña).
Su influencia es tan absoluta, sobre todo en estos grupillos experimentales de la electrónica que, obviamente, han sido casi borrados de la historia de la música.
El resultado, la atmósfera que logran con un modulador, unos teclados básicos y mucho ingenio es sencillamente arrolladora. Les invito a escuchar su debut "Silver Apples"(1968) y su seguidilla llamada "Contact"(1969) para que se hagan una idea de que el futuro siempre ha estado. Al menos en cuanto a música se refiere.

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