martes, 2 de enero de 2007

La (otra) cara de Bristol





Para muchos Bristol (esa portuaria ciudad de Gran Bretaña) en los '90 fue (y es) el sinónimo de bandas como Portishead y el borroso Tricky. Sin embargo, debajo de esta capa superficial -que no necesariamente insabora- se encontraba otro mundillo absolutamente recomendable. No quiero excederme y en esta entrega sólo comentaré dos grandes proyectos: The Third Eye Foundation y Crescent.
The Third Eye Foundation nace de un miembro de Flying Saucer Attack (esa monumental banda que parecía buscar la (in)tolerancia sonora más que un placer en ella), Matt Elliott. Durante 1996 debutan con Semtex, un gran collage sonoro más ligado a la electrónica que a su rockero paso por Flying... sin dudar en esa veta experimental y de búsqueda sonora que les caracteriza. Realmente The Third Eye Foundation tiene tintes de secta, de congregación; algo en su música parece arremeter con una idea obscura, no palpable a primeras oídas. Después, Matt Elliott, ya asumiendo su identidad, lanzará discos solista. He tenido el placer de escuchar "The Mess We Made" y puedo inducir que su búsqueda ha dejado de lado la polirritmia para búscar texturas que casi, casi rozan la composición docta.
Crescent es la parte más rockerona de esto; aunque por rock acá se entiende algo ligeramente distinto al común denominador. Acá el eje principal es Matt Jones que, como en una urdimbre, fue parte de Movietone (otro imperdible) y que toca con su hermano que -sorpresa!- tocó en Flying Saucer Attack.
Crescent es más cercano a lo que se tiende a llamar post-rock. Sin embargo, también está esa potente tendencia a la búsqueda sonora (a veces hasta grados insufribles) aún a costa de un minimalismo cuasi absurdo.
Uno se cuestiona, ¿qué diablos ocurre en Bristol? Las vertientes musicales que se generan son, como mínimo, inquietantes;¿de qué increíbles modos el mar y el frío afectan el alma humana? Los resultados están al oído.

No hay comentarios: